¿Qué es entrar en el reposo?

Estamos llegando a fin de año. El cansancio a estas alturas se hace sentir cada vez más. Todos pensamos en las vacaciones y terminar nuestras actividades para disfrutar de un tiempo de descanso. El descanso es algo muy importante en nuestras vidas. Incluso para Dios es algo importante también (no porque se canse en alguna manera posible), pero pensemos en lo que dice la Biblia cuando Dios terminó la creación, al finalizarla, el séptimo día descansó.
Relacionada a esta palabra (descanso) hoy vamos a leer el pasaje de Hebreos 3:7-19 y 4:1-13 que habla sobre “el reposo”.

Leemos Hebreos 3:7-11

El pasaje menciona “Entrar en el reposo” de Dios. El pueblo de Israel había sido liberado de la esclavitud en Egipto. Estaban camino hacia la tierra prometida, y es ese lugar en el que entrarían en reposo, para descansar de la opresión y el sufrimiento.

Este pueblo tuvo que vagar en el desierto 40 años para que pudieran llegar a destino. Pero lamentablemente no todos llegaron a la tierra de la promesa. Los que llegaron fueron las personas que creyeron que llegarían, que tuvieron fe y que le creyeron a Dios cuando se los prometió. Nuevas generaciones recibieron la promesa que Dios había hecho a sus padres, abuelos y parientes más viejos. Todos los que negaron a Dios con sus hechos y actos de desobediencia murieron en el desierto. Todos los que se quejaron del obrar de Dios, y de los líderes que Él puso delante del pueblo, fueron destituidos del galardón final y no entraron a la tierra prometida.
Dios y el mundo son completamente distintos y las afirmaciones de cada uno significan todo lo contrario del otro. El mundo dice “ver para creer” pero Dios dice “creer para ver”. En eso se basa la fe. Hebreos 11:1

Imaginen tener que esperar 40 años para ver cumplida una promesa… es algo difícil ¿no? Pero en este caso, era Dios quien prometía y sabemos que no es hombre para mentir, y que no varía en su palabra. En la espera se pone a prueba la fe. Si creemos que algo sucederá, esperar a que suceda se hace fácil, de lo contrario la espera es agobiante y nos desesperamos, nos impacientamos, y cuando esto sucede tratamos de resolver una situación por nuestros propios medios. Eso nos sucede muchas veces cuando oramos por un motivo en especial. Sabemos que las respuestas de Dios son 3: “sí”, “no”, “espera”. Seguramente alguna vez que Dios nos respondió diciéndonos “espera”  quisimos tomar el problema  o situación en nuestras manos y resolverlo nosotros mismos. Esto puede entenderse como falta de fe. Porque si lográramos creer plenamente que Dios está en control y Él hará lo mejor para nosotros, esperaríamos y en consecuencia le agradaríamos y estaríamos haciendo su voluntad. Sin fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11:6

El pueblo de Israel no sólo tuvo que esperar, sino también tuvo que caminar kilómetros y kilómetros durante años. Tenían que avanzar en medio de la nada, en un desierto, sin ninguna provisión, con cargas y equipaje, familias con niños y ancianos a cargo. Avanzar en medio de dificultades es difícil, pero al final del camino estaba la recompensa por perseverar y alcanzar el premio. Sin mencionar que ya era un premio dejar atrás una vida de esclavitud, opresión, sufrimiento, humillación. Quizás en Egipto tenían algunas comodidades que no tenían en el desierto como algunos alimentos que recordaban quejándose de que no los probarían otra vez. Y Dios una vez más a pesar del duro corazón del ser humano mostró su poder y amor, dándoles un pan que nadie nunca probó, hecho por Él mismo.

Dios a pesar de haber mostrado su poder en todo tiempo, el pueblo continuó con su terquedad, y por esto Dios se enojó y no permitió que estas personas vieran su reposo. Estas personas vivieron afligidas, preocupadas, pensando en que morirían en medio del problema, que no encontrarían solución. No lograron entrar en su reposo

Leemos 4:16-19

La falta de fe los llevó al fracaso. A morir en el desierto.

Ahora leemos 4:12-15

Si decidimos no confiar en Dios, no tener fe en Él, no nos sucederá lo que le pasó al pueblo, no moriremos (una buena noticia) pero tampoco entraremos a su reposo. El autor de Hebreos (desconocido, pero algunos piensan que fue Pablo) nos insta a que no endurezcamos nuestro corazón. Entonces ¿Qué significa entrar al reposo para nosotros?
El Señor nos ofrece una vida plena, una vida llena. No nos garantiza la falta de problemas, sino todo lo contrario, nos advierte que tendremos aflicciones, pero nos anima a que confiemos en Él, porque Él venció al mundo. Juan 16:33. Esta vida es plena a pesar de estar en medio de problemas y desiertos porque si logramos confiar y tener fe en Él plenamente entraremos a su reposo. El reposo de estar junto a Él, bajo su dominio, soberanía, control, sabiduría. Y como dice el Salmos 91:4, bajos sus alas estarás seguro. Ese es el reposo en el que debemos entrar. En el que debemos vivir todos los días de nuestra vida, pero que por nuestra carnalidad nos alejamos y quedamos a la intemperie, donde nos cansamos de luchar por nuestras fuerzas, nos fatigamos, nos debilitamos, y cuando estamos rendidos y el barro no está tapando casi por completo finalmente acudimos a nuestro Padre, quien extiende su mano, nos rescata y nos limpia.

Una vida de reposo es la que quiere el Padre para cada uno de sus hijos. Esto significa una vida de victoria, de descanso a pesar de las tormentas. Como Jesús que dormía en medio de la tormenta y que fue despertado por la preocupación de sus discípulos. Él los llamó “Hombres de poca fe”.

Como dice Mateo 11:28 y 29

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

Es como una contradicción pensar en descansar si nos dicen que llevemos una carga. Lo que Jesús nos quiere enseñar es que dependamos de Él, y nos mantengamos unidos a Él. Como cuando se colocaba el yugo sobre dos bueyes, de los cuales uno era el experimentado y el otro era un animal joven. El buey mas viejo guiaba con su experiencia al joven, y este segundo “aprendía”. De esta manera, gráficamente Jesús nos invita a que unidos a Él, aprendamos de su carácter y esto nos asegura una vida de reposo, de descanso para nuestras almas a pesar de nuestras cargas diarias.

Entremos en el reposo del Señor cada día.